Nerve y iCon: La espectacularización del Yo

 ¡ALERTA SPOILER!


En 2008, Paula Sibilia escribía "La intimidad como espectáculo" analizando de qué manera se llegó a la sociedad actual en la cual la vida privada de las personas se volvió una constante feria de exposiciones. La autora, destaca que se vive en el marco de una hipertrofia del yo, donde las singularidades y las experiencias subjetivas se vuelven el centro de atención de las masas. Esta sociedad espectacularizada se da principalmente porque internet y los nuevos medios de comunicación e información posibilitan la expansión de las experiencias de todes, ya no se concentran en canales informativos acotados, sino que se expanden a través de los tejidos de las redes.

Además de referirse a la exposición cada vez más potenciada de la subjetividad y la singularidad, la autora refiere al proceso de espectacularización del yo (Sibilia, 2008) fenómeno que responde a una serie de transformaciones que han ocurrido en las últimas décadas, que envuelven un conjunto extremadamente complejo de factores económicos, políticos y socioculturales, que convirtieron el mundo en un escenario donde todes debemos mostrarnos.

Como sucede habitualmente, para cada uno de estos fenómenos hay una película (bien podría ser al revés, ni idea) que muestra a través de la ficción estos fenómenos sociales que describen tanto Sibilia como otres autores. Nerve, película techno-thriller estadounidense, dirigida por Henry Joost y Ariel Schulman y estrenada en 2016, muestra una sociedad que gira en torno a un videojuego, en el cual las personas (en su mayoría adolescentes) se dividen entre jugadores u observadores, y que va cobrando cada vez mayor intensidad, poniendo límites difusos entre la vida y la muerte.

Si bien no podríamos alabar su calidad cinematográfica, puede resultar un buen entretenimiento de domingo, pero sobre todo un buen puntapié para pensar la espectacularización del yo de la que habla Sibilia; en Nerve, la protagonista "Vee" es desafiada por su mejor amiga a participar del juego, ya que no hacía nada en su vida que fuera divertido o desafiante o, en términos de cibercultura, mostrable. Por ello, Vee decide entrar en Nerve (el videojuego) y comienza a realizar diferentes desafíos que si bien empiezan como actos inocentes (quien haya jugado a verdad/consecuencia sabrá de esto) se vuelven cada vez más peligrosos. 

Sumida en una serie de desafíos irrealizables, va descubriendo cosas aterradoras. Su compañero de desafíos vió morir en un reto del año anterior a otro joven, y la mejor amiga de Vee casi pierde la vida en un reto suicida. A medida que transcurre la película (muy adrenalínica por cierto) un grupo de hackers del cual forma parte el mejor amigo de Vee intentan rastrear las IP de les creadores del juego, y cuando creían que Vee y otres dos finalistas iban a quedar atrapades para siempre dentro de las redes de Nerve logran desmontar el juego provocando la salida masiva de les participantes.

Más allá del desenlace, lo curioso de la película es 1) ver cómo la misma sociedad y sus exigencias de espectacularización de la vida privada fueron llevando a Vee a cumplir desafíos que iban no solo en contra de su salud física sino en contra de lo que ella era como persona y 2) como el público está deseoso de ver estos espectáculos aunque signifiquen que un otre salga heride.

Vivimos acaso en una sociedad de Narcisos Contemporáneos? Brigitte Vasallo, autora del término, explica que este tipo de Narciso "se lanza al lago persiguiendo la imagen espectacular de sí mismo, esa imagen que proyecta (...) filtrada, encuadrada y posteada en el momento de máxima audiencia" (2018) 

Hace tiempo, en una clase (Te juro que fue en el doctorado Mamá!!), conocí una línea de preservativos inteligentes llamados iCon con USB; es un wearable (o tecnología ponible) y se trata de un preservativo que se conecta a una aplicación móvil y que permite registrar, analizar y compartir (si, compartir) todo tipo de datos vinculados a la actividad sexual. Independientemente que pensemos en sus pro (propaganda para los cuidados a la hora del sexo frente a un porno mainstream que no usa protección) o en sus contra (pensado para relaciones con penetración y no por ejemplo para sexo entre vulvas) lo maravilloso (y asustador) de estos inventos es que demuestran que hay todo un público allá afuera dispuesto a obtenerlo, y seguramente ansioso por compartir sus datos en rankings de amigues y conocides. O sea, ahora también podrían evaluarte a la hora del sexo, pero evaluarte con datos empíricos registrados y no más en charlas café mediante.

Así como Paula Sibilia y Brigitte Vasallo, son muches les autores que vienen alertando sobre las sociedades hipermediatizadas y transparentes (Byung-Chul Han, 2017) en las que estamos viviendo, y que claro, estamos alimentando con cada click. Otres, ya han denunciado que estos fenómenos ultrapasan las fronteras del sexo e incluso la medicina y nos demuestran que estamos viviendo en sociedades fármaco pornográficas (Preciado, 2018). Y podríamos agregar hipertextuales, comenzamos hablando de videojuegos y terminamos en preservativos inteligentes, a dónde podríamos llegar??


Seguramente, nadie sabe.

Comentarios

  1. Me encanta esta película y me encantó la reseña y el texto. El final de la película no es tan malo, un poco obvio, pero podría haber tomado otro camino para cerrar la historia de una manera interesante.

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