Deconstrucción2.0

Luego de las lecturas de los textos debo reconocer que me quedan   más dudas que certezas, y es que, nuevamente no sé que soy. Y no me refiero tan solo a una cuestión que debería ser resuelta psicoanalista mediante, sino más bien a una cuestión de reconocerme o no en ciertos grupos. Ya me vi en la encrucijada de saber si era hacker o no, si soy pro software libre o privativo, si soy más fan de la realidad aumentada o de la virtual, entre otras. En esta oportunidad, cuando las autoras traen el concepto de letramento digital y explican las diferencias del mismo con relación a la alfabetización y, profundizan más aun implicando en el letramento procesos más complejos que apenas la lectoescritura en pantallas, quedo pensativa pensando si seré letrada, alfabetizada o quien sabe que más. Mediante la caracterización que acompaña a las definiciones de las autoras pude hacer un check list y concluir rápidamente que una vez más estoy en el medio. Ni solo alfabetizada ni muy letrada.

Cada vez que escucho la palabra hacker no puedo dejar de recordar a Penélope, personaje de la famosa serie sobre el FBI llamada Criminal Minds . En la misma, el FBI recluta para su grupo de análisis de conducta a la joven  Penélope   que, además de tener destrezas increíbles en el mundo informático/digital también tiene una personalidad excéntrica que hace imposible no reparar en ella. Hasta no hace mucho formaba parte del grupo social que asociaba a los hackers con delincuentes informáticos que extraían dinero de cuentas ajenas, falsificaban IP y robaban contraseñas. Sin embargo entre tantas cosas que he descubierto en este semestre, descubrí que el verdadero nombre para ese grupo de intelectuales bandidos es cracker. Comprendí entonces que la ética hacker se asienta sobre pilares que no solo no infringen las leyes, sino que deberían ser transpolados a muchas otras áreas de la sociedad, entre ellas la educación. Los hackers sientan sus bases de trabajo sobre la idea de lib

El conocimiento nos hace libres . En la siguiente imagen se pueden apreciar cinco capítulos que resumen mi relación bipolar con GNU/Linux. Allá, por el 2011, me entregaron la "Conectar" con el disco partido entre Linux y Windows; solo que, nadie me explicó que era. Quizás si en ese momento alguien me hubiera explicado un poco mas hoy sería tan hábil como lo soy con Windows. Por eso el conocimiento nos hace libres, porque no podemos nunca elegir sobre aquello que no conocemos.