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Mostrando entradas de mayo, 2020

Dónde está el futuro?

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Quién no fantaseó alguna vez con amigxs robots? O con ir al trabajo en autos voladores? Quién no se dejó seducir por las ideas alocadas de máquinas en el tiempo, por teletransportación, por clonarse a si mismo o a otrxs? La idea de futuro y de progreso tecnológico estuvo íntimamente ligada a la idea de ciencia ficción, grandes inventos que cambiarían la vida de la humanidad pero que además serían gigantes, coloridos, estrambóticos. Sin embargo, la tecnología parece hacerse cada vez más pequeña, más portátil, más invisible. Desde las salas de telégrafos arribamos al mundo de los smartwatch; de los autos voladores gigantes a los smartcar conducidos sin humanxs; de las cápsulas de tiempo a mansiones comandadas por internet de las cosas... En fin, parece ser que la tecnología está convencida de llevarnos la contra o quizás sea que las personas tendemos a vincular progreso con cosas de gran escala, cuando en realidad los inventos más reveladores se miden en frascos pequeños. Lo cier

Entre Dark y las narrativas de invención

Quizás uno de los objetos técnicos más relevantes para la cultura y la organización del cotidiano, al menos en occidente, podría ser el reloj. El manejo del tiempo trajo aparejado un sin fin de controles a su paso, mediante los cuales se fueron marcando los caminos lineales de la progresión. Avanzando hacia el futuro, las sociedades se esfuerzan en mantener vivas las inventivas tecnológicas de siglos pasados y piensan no sin una cuota importante de incertidumbre sobre los próximos frutos del desarrollo tecnológico. Hace tiempo vengo cuestionándome la idea de estas narrativas de invenciones, en las que siempre el/la héroe/heroína se representa como el único eslabón presente en la cadena de desarrollo de invenciones; olvidando no solo la condición de sujetos sociales si no también las invenciones previas en las cuales se apoyan esas ideas. Luego de mirar las dos temporadas de la serie alemana Dark , y a la espera de su tercera entrega, vuelvo a dudar de la veracidad, o bien, de la fact

Despojadxs de todo

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El teletrabajo no es algo nuevo, ni surgió bajo las alas de la pandemia. sin embargo, es uno más de los fenómenos que adquirió gran visibilidad con la nueva coyuntura mundial. Mucha tinta se ha empleado ya en hablar de las bondades del teletrabajo, así también de sus fuertes desventajas. Pero hay un elemento que me parece clave para el análisis de esta nueva modalidad laboral que no está lejos de generalizarce en nuestras sociedades. En la primera fase del capitalismo industrial, aquel que le quitaba el sueño a Marx, lxs obrerxs eran despojados de su fuerza laboral, convirtiéndose ellxs mismxs en máquinas produtoras o en eslabones de cadenas fabriles. Con el paso del tiempo y la modernización de las sociedades, esta fuerza física de trabajo fue reemplazada en gran medida por una fuerza cognitiva, involucrando al obrerx mucho más allá de lo corporal y poniendo todas las dimensiones que lo constituyen como sujeto a trabajar, es decir, poner la vida como herramienta de trabajo. En el e

La pandemia llegó a la escuela ¿y las tecnologías?

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Hace al menos una década la escuela tiene un lugar privilegiado de debate para las tecnologías, sin embargo, hoy que la coyuntura mundial aprieta, los desafíos tecnológicos aparecen con más fuerza. El trabajo con tecnologís no puede seguir recetas ni pasos establecidos, cada quien debe poner sus subjetividades sobre la mesa, a todxs la técnica nos interpela de diversas maneras; aún así, me atrevo a reflexionar sobre algunos puntos que creo importantes a la hora de pensarnos como docentes tecnológicos. 1) Huir del debate dicotómico reduccionista: A lxs argentinxs, y quizás no somos lxs únicxs, nos encanta la oposición binaria: River/Boca, Chevrolet/Ford, Porteños/interior, mate amargo/dulce. En este mar de oposiciones se asienta una de las más famosas en la era digital: tecnófobos/tecnofílicos. O pensamos que los dispositivos tecnológicos son el gran Godzilla contemporáneo y que arruinará nuestras clases y nuetras vidas, o bien, abrazamos el solucionismo tecnológico y vamos metiendo