La pandemia llegó a la escuela ¿y las tecnologías?

Hace al menos una década la escuela tiene un lugar privilegiado de debate para las tecnologías, sin embargo, hoy que la coyuntura mundial aprieta, los desafíos tecnológicos aparecen con más fuerza.
El trabajo con tecnologís no puede seguir recetas ni pasos establecidos, cada quien debe poner sus subjetividades sobre la mesa, a todxs la técnica nos interpela de diversas maneras; aún así, me atrevo a reflexionar sobre algunos puntos que creo importantes a la hora de pensarnos como docentes tecnológicos.

1) Huir del debate dicotómico reduccionista: A lxs argentinxs, y quizás no somos lxs únicxs, nos encanta la oposición binaria: River/Boca, Chevrolet/Ford, Porteños/interior, mate amargo/dulce. En este mar de oposiciones se asienta una de las más famosas en la era digital: tecnófobos/tecnofílicos. O pensamos que los dispositivos tecnológicos son el gran Godzilla contemporáneo y que arruinará nuestras clases y nuetras vidas, o bien, abrazamos el solucionismo tecnológico y vamos metiendo computadoras como enduído para no arreglar la pared. Sin embargo, las tecnologías no son monstruos ni bendiciones, son nada más (y nada menos) que tecnologías, hagamonos cargo de la parte de resposabilidad y acción que nos toca.

2) Acabar con las excusas de acceso: Junto con la vuelta de izquierda de los gobiernos que se hicieron presentes en Latinoamérica a inicios del 2000 vinieron nuevos debates sobre la inclusión de tecnologías a la escuela. Brecha digital, acceso, inclusión, universalización, justicia digital. Hoy en día, muchxs docentes escudan su falta de trabajo con artefactos técnicos en que sus estudiantes no tienen acceso o condiciones. A esta altura es imposible seguir pensando que el acceso/no acceso resuma todo el sentimiento tecnológico. Usuarixs y no usuarixs constituyen juntos el campo técnico, somos técnica. Así no hayamos tenido contacto físico con un artefacto, vivimos en una sociedad, en un mundo, construído tecnológicamente. No usuarixs (por decisión o por obligación) tienen un imaginario tecnológico construído, deseos, razones, anhelos. Seguir pensando que el acceso nos constituye es resaltar un carácter instrumental de las tecnologías, quitando poder a las subjetitvidades construídas en torno de.

3) Basta de docentes mesiánicxs: 2020 y queremos seguir controlando las clases a través de la disciplina. No dejamos usar celulares porque seguro en medio de la actividad se empiezan a sacar fotos. Y mira si mandan mensajes, si se comunican con el espacio exterior. Queremos mantener los muros de la escuela impenetrables, y con ello nuestra figura de Mesías, totalizadorxs, dueñxs del saber, del poder. Hoy en el debate se escuchan posturas que hablan del docente como estorbo al saber que ya está al alcance al menos de gran parte de la población, ese debate sigue siendo mesiánico solo que la gran figura es la tecnología. ¿Por qué mejor no pensar en que los límites se permeabilizaron? Ni lxs docentes sabemos todo, ni la tecnología es la gran ama de la verdad. Atrevámonos a dejar que la tecnología entre, o acaso nosotrxs no respondemos mensajes en el taller docente? no tomamos fotos en un curso de capacitación? Si nuestras clases son lo suficientemente desafiantes como para atraer pero no tan complejas como para frustrar, entonces la tecnología podría ser una aliada, y no una una amenaza.

4) Comunidades de aprendizaje: Si hay algo que la tecnología posibilita es la colaboración. Dejemos de pensarnos islas autónomas. Si observamos un colega llevando a cabo una actividad con recursos desconocidos, acerquémonos y preguntemos, no saber no es pecado. Si un colega nos consulta, no neguemos el saber, nadie nos dará la tiza de oro por innovadorxs. Aprendamos de lxs estudiantes. es el intercambio más puro y noble. Hagamos saber a fulanitx que aunque nunca y algo que aprender, si ese intercambio no se da en la escuela, dónde más se daría?puede resolver esas ecuaciones tiene conocimientos valiosos que me sirven, pidámosle ayuda para encender el proyector, recomendaciones de software, antivirus. Todxs tienen algo que enseñar

Y por último, recordar que la escuela tuvo técnica siempre (pizarrón, tizas, elementos de geometría, maquetas, laboratorios)
dejemos de reducir lo tecnológico a lo digital. Si, lo digital nos intepela de nuevas maneras, borra de un click los límites entre la esfera pública y la privada, permite estar a un click de distancia de cualquier lado, hacer mil cosas a la vez. ¿Y si todas esas características se transformaran en potencias? Somos tan tecnologicamente humanxs como las tecnologías son humanamente tecnológicas, convivamos!

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