¿Privado o no privado? Esa es la cuestión

 ¡ALERTA, COMO SIEMPRE, SEGURO ALGÚN SPOILER HAY! (Películas: Perfetti sconociutti, 2016, y Disconnect, 2012)


Hace algún tiempo, creo que por el 2018, realizamos con una amiga/colega una jornada de seguridad digital en la escuela en la que yo trabajaba, con estudiantes de quinto año. Al llegar mi colega, que era para les estudiantes una completa desconocida, les pidió que le entregaran todes sus celulares desbloqueados. Por supuesto nadie quería y todes me miraron para ver si efectivamente era una orden. Ese acto fue para dar pie a la charla sobre privacidad de datos y la pregunta fue simple: no me darían a mi el celular porque no me conocen ¿por qué entonces le dan libre acceso a sus datos a las grandes compañías?

Por supuesto no supieron que responder, nadie sabe. Hace unos días, leyendo un artículo del diario El País donde entrevistan a la filósofa Carissa Véliz (mexicana, profesora de Oxford) me di cuenta que somos varixs quienes nos seguimos preguntando por qué. Lo loco es que, mientras nos hacemos esa pregunta, seguimos posteando nuestra vida entera en las redes y produciendo por ende más y más datos. En la entrevista, Carissa plantea que la privacidad de datos debería ser un tema que nos involucre a todes, una problemática colectiva tanto como los problemas medioambientales. Afirma, que hacernos creer que la seguridad y la privacidad son individuales y personales es un muy buen negocio, pero no para nosotrxs. Véliz, dice que la privacidad es colectiva porque 1) por más que tomemos medidas personales hay un ecosistema de datos que nos involucra a todxs 2) si comparto cosas en mis redes doy información personal de otrxs (ubicación, imágenes, datos biométricos). 

En relación a ello es claro que todavía falta mucho trabajo por hacer, no alcanza solo con que los estados creen leyes de protección (que igual sería bueno que lo vayan haciendo) si las personas no creen que eso es una problemática. La reflexión y la toma de conciencia que deberían empezar por casa y luego volverse a la esfera pública aún no comenzaron y eso es lo más preocupante. 

Quizás dos películas puedan ayudarnos a pensar un poco en la importancia de la privacidad y en, porque cuando la privacidad es violada por un otrx si nos parece un delito pero cuando es violada por las grandes compañías no ¿quién está detrás de estas compañías? ¿por qué cuesta tanto reconocer la humanidad presente en las grandes tecnologías?


Disconnect, película del 2012 dirigida por Henry Alex Rubin, relata varios eventos vinculados a las tecnologías, y uno de esos eventos es la difusión sin consentimiento de una foto privada a un chat público, generando en la víctima una angustia tan grande que acaba intentando quitarse la vida. Por otro lado, sucede en la misma película un robo de identidad bancaria a un matrimonio, por lo cual deciden contratar a un detective privado.  Para poder verificar e investigar este detective copia toda la información del disco duro de la pareja y tiene acceso a toda su vida, con lo cual termina enterándose de cosas de unx y de otrx que ni ellxs sabían. Hay de hecho, una escena magnífica en la cual la pareja está sentada en el sillón y el detective comienza a ventilar ciertas acciones que podrían haber llevado al ciberdelito: él participando de un sitio de apuestas, ella chateando con un hombre que conoció en un grupo de apoyo y que por supuesto genera una crisis matrimonial. 

Algo similar sucede en Perfetti Sconosciutti, película italiana de 2016 dirigida por Paolo Genovese (hay una versión española pero háganse un favor y no la miren) en la cual varixs amigxs se reúnen a cenar un día y por diversión una de ellas propone que esa noche todxs van a dejar sus celulares sobre la mesa y cualquier mensaje, llamada o notificación que llegue será leída por todxs. Si bien genera bastante ruido entre lxs comensales todxs aceptan y comienza el juego. A lo largo de la noche se destapan los más jugosos secretos, las más crueles mentiras y los más bobos engaños, dejando en evidencia que nuestros teléfonos esconden muchas cosas.

Tanto la escena del matrimonio de Disconnect como el juego de Perfetti Sconosciuti nos llevan a preguntarnos ¿el contenido de nuestro celular es para todxs? ¿qué pasa si alguien agarra nuestro teléfono y mira todo? ¿nos traería algún problema?

Más allá de hacer un examen de moral la idea es pensar que hay en estos momentos quienes están accediendo sin barreras a todo el contenido del celular, y parece no molestarnos. Quizás es cierto que eso a priori no nos representa ningún conflicto. No creo que Google se enoje porque no le contaste a tu pareja o amigx alguna cosa, sin embargo no estamos viendo la totalidad del asunto.

Si seguimos pensando que la privacidad de datos, y el consecuente comercio de datos, no nos afectan estamos en un gran error. Ojo, no estoy pidiendo que vayan y apaguen sus celulares para siempre (a quién leería y de quién vería fotos si ustedes se van?) solo estoy pidiendo que tomemos recaudos aunque sea mínimos y sobre todo QUE COMENCEMOS A REFLEXIONAR SOBRE EL ASUNTO.

Así que ahora, además de ver esas películas y de leer a Carissa, también les pido que antes de postear, subir, compartir, likear, y demás acciones internautas PIENSEN y se pregunten ¿realmente quiero asumir el riesgo?


Comentarios

  1. Hola creo que estoy muy de acuerdo, si bien no es necesario volver a tener un nokia, sería bueno ser mas cautelosos.

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